domingo, 10 de mayo de 2009

Tequila de caña para Boligán


Rubén Cortés











Boligán cumple 44 años este domingo. Así que el Rey David se encuentra en problemas porque al mejor caricaturista del mundo en el momento actual no le gustan las mañanitas: él prefiere los cartones que hagan pensar en que un mundo mejor siempre es posible. Además, para nada es un muchacho bonito.



Caricaturista editorial del diario El Universal de México, desde hace varios años, Boligán ha sigo triunfador absoluto del BIRD International Art Award, del WINE International, del WORLD PRESS CARTOON y del World Cartoon, que es como si un tenista ganara Melbourne, Roland Garros, Wimbledon y Flushing Meadows.

Para más, Boligán, quien guarda en su aérea y soleada casa de Insurgentes Norte, en el Distrito Federal, 68 trofeos de concursos internacionales, acaba de conquistar el Premio Nacional de Periodismo-2008 en México.


Lo ideal para valorar su obra sería apelar por un momento la teoría del “como si” de Kant: hacer el ejercicio de mirar sus caricaturas y actuar “como si” uno no supiera que Boligán es brillante, que no tiene decenas de premios o que no constituye el sueño de todo periodista para que le ilustre sus textos.

Entonces se entendería que sus dibujos tienen un movimiento, una cadencia y una plasticidad que originalmente fueron reservadas por los dioses para grandes pintores como Picasso o Miró, pero jamás para alguien que interpreta la realidad a través de la ironía, la gracia o el sarcasmo de la caricatura.


De ahí que dos cebados cerdos pintados por Boligán conduciendo en camilla a un enfermo de influenza inquietan lo mismo que impresionan, no sólo por la bailarina elegancia de sus trazos, sino porque son los únicos cerdos del mundo que uno quisiera tener colgados por siempre en la sala de su casa.


De todos modos, es preciso tener en cuenta que, pese a su notable vocación cosmopolita, Boligán es sobre todo un caricaturista del periodismo en México: de eso vive y a ello se dedica cada día con delectación de artista en las páginas de El Universal, como antes en La Prensa y en La Crónica de Hoy.


Mexicano por elección, primero; y por naturalización, después, Boligán nació en el pueblito cubano de San Antonio de los Baños, lo cual implica una actitud ante la vida, pues se trata de “la villa del humor”: allí nacieron los mejores caricaturistas del último siglo, desde Silvio Rodríguez –quien fue monero antes que trovador- hasta el propio Boligán.


Sin embargo, es admirable la llaneza con la que vive su condición de cubano- mexicano, desde sus porras de domingos de futbol a su hijo David, quien se inclinó por la portería en lugar de la lomita del pitcher, hasta los plátanos a puñetazos y el arroz congrí que se ingenia su hermosa esposa Sandra para envolver en tortillas de maíz a la hora de la comida.

Es por eso que el gran problema en que se encuentra este domingo el Rey David es cómo encontrar la manera de festejar al mejor caricaturista del mundo, a quien no le gustan las mañanitas ni es un muchacho bonito.




Aunque, si el Rey David quiere --aquí entre nos—le puedo pasar un tips:

Que le haga tequila de caña de azúcar.

--fin--



Imágenes tomadas por Ernesto Lozano de la Reunión en Casa de Boligán para Festejar su Cumpleaños 44 y el Premio Nacional de Periodismo 2008.












































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